Debate en la asignatura del Máster de Estudios Avanzados en Filosofía: Estética de la fotografía

En la asignatura del Master de Estudios Avanzados en Filosofía que imparto bajo el título “Estética de la fotografía” he tenido la fortuna de asistir a una magnífica discusión entre dos de los participantes a propósito de la lectura del texto de Walter Benjamin “El autor como productor”. Aunque los textos oficiales del seminario que hemos compartido eran inicialmente de Martha Rosler [“Dentro, alrededor y otras reflexiones. Sobre la fotografía documental” (1983)[1]] y Jeff Wall [“«Señales de indiferencia». Aspectos de la fotografía en el arte conceptual como arte conceptual” (1995)[2]], la conferencia que Benjamin pronunciara ante el Instituto para el estudio del Fascismo en París el 27 de abril de 1934[3] se coló en el discurso general a propósito de las explicaciones sobre uno de los temas de investigación con vínculos obvios con otras problemáticas de la estética de la fotografía. Desde los avatares de la factografía soviética llegamos sin poder evitarlo al texto de Benjamin que, por otro lado, resulta un complemento, si no necesario, sí muy recomendable, para entender “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” y otros ensayos de la época en torno a la fotografía. Curiosamente la cuestión también enlazaba con la ponencia que Marcelo Expósito nos brindó en la tercera edición de Conciencia Histórica y Arte Contemporáneo que ya hemos comentado más abajo en este blog.

Tanto Zoe como Eduardo prefirieron centrar sus intervenciones sobre el texto de Benjamin en el seminario que habíamos programado, pero, eso sí, con versiones muy distintas. Mientras que Eduardo era muy crítico con el dogmatismo implícito en el texto, por otro lado comprensible dentro del contexto de militancia antifascista en el que se escribe, Zoe no encontraba obstáculos para interpretar de modo más flexible la tesis benjaminiana de que es la tendencia política la que determina la calidad literaria.

Esta idea fue desarrollada y argumentada por Zoe, que desplegó sobre la pizarra su versión del texto convencida de la posibilidad de leerlo de modo más general, trascendendiendo su coyuntura histórica. Interpretaba, si yo no lo he entendido mal, que es la tendencia política en relación a su función revolucionaria dentro de un contexto dado, la que opera una refuncionalización de la obra. De algún modo, y esto es lo sugerente de la tesis de Zoe, la tendencia política y la corrección literaria se coimplicarían de modo determinante como pretende Benjamin sin limitar las posibilidades creativas. En efecto, el trasfondo del texto está asociado a una crítica certera de la disociación burguesa entre cultura y política que sitúa al nuevo escritor ante el reto de una lucha desde la palabra. Pero será mejor que dejemos que lo explique la propia autora del comentario un poco más abajo…

En la lectura de Eduardo, probablemente más realista desde el punto de vista historiográfico, la emanación bolchevique del texto de Benjamin no deja demasiado espacio para las concesiones formales a una literatura de vanguardia. Pero quizá valga la pena releerlo en clave posibilitadora y, en todo caso, actualizándolo.

Puesto que Zoe me envía su comentario por escrito paso a publicarlo con su permiso. Gracias a los participantes en el seminario por la calidad de sus intervenciones, y a Zoe, en particular por su generosidad.


[1] En Ribalta, Jorge (ed.) Efecto real. Debates posmodernos sobre fotografía, Barcelona, Gustavo Gili, 2004, p. 70-125

[2] En Wall, Jeff, Ensayos y entrevistas, Salamanca, Centro de Arte de Salamanca, 2003, pp. 275-312

[3] Véase Walter Benjamin, Obras, Libro II. Vol. 2, Madrid, Abada, 2009, p. 297 ss.

Walter Benjamin

Aquí el texto de Zoe:

Comentario sobre El autor como Productor, de Walter Benjamin

por Zoe Martín Lago

Esquema de EL AUTOR COMO PRODUCTOR de W 1

El tema principal de este breve texto gira en torno a la cuestión acerca de la autonomía del poeta. Este debate, afirma Benjamin, ha sido tratado tradicionalmente desde oposición estéril: por un lado, la calidad artística y, por otro, la tendencia política. La tesis que aquí defiende Benjamin es que una obra que presente la tendencia correcta debe necesariamente poseer toda otra calidad (calidad técnica, literaria). Benjamin considera necesario dar un cambio en el concepto de tendencia, puesto que considera que, tal y como se entendía en el debate anterior, es un concepto inadecuado para la crítica política de la literatura. Al hablar de tendencia literaria, Benjamin se está refiriendo a la técnica o función de la obra en las relaciones de producción. De modo que la tendencia política correcta implica la calidad literaria de una obra, puesto que esta incluye su tendencia literaria. Creo que estas ideas, junto con la de “refuncionalización”, que saldrá más adelante, son las claves para interpretar el texto.

El concepto de técnica literaria que aquí emplea Benjamin, permite un tratamiento dialéctico de la cuestión de la autonomía del poeta, permitiendo conectar la obra con el conjunto de las relaciones sociales y, en consecuencia, con las relaciones de producción. La pregunta que aquí se plantea es ¿cuál es la posición de una obra con respecto a las relaciones de producción de una época? esto es, ¿cual es la función que tiene la obra dentro de las relaciones de producción literaria de su época? Este planteamiento abre tres vías que el antiguo debate entre calidad y tendencia política ignoraba:

En primer lugar, posibilita el análisis materialista de la obra.

En segundo lugar, posibilita la superación de la oposición estéril entre forma y contenido.

En tercer y último lugar, indica la relación correcta entre calidad y tendencia.

La tendencia literaria consiste en un progreso o retroceso de la técnica literaria. Benjamin considera que, en el momento en que vive, es necesario repensar las nociones de géneros literarios, para tratar de adaptarlas a las realidades técnicas de su mundo. Considera que el contexto en el que se encuentra es el de un inmenso proceso de fusión de las formas literarias, en el que es posible, por ejemplo, comenzar a eliminar las diferencias entre autor y público. Como ejemplo de ello propone el periodismo de Tretiakov, fundado en la idea del “escritor operante”, donde la competencia literaria se vuelve un bien común.

En estrecha relación con el nuevo concepto de “tendencia”, propone Benjamin la idea de la refuncionalización, -concepto elaborado por Brecht- que se refiere a la transformación de las formas de producción y de los instrumentos de producción en el sentido de una intelectualidad progresista, esto es, preocupada por la lucha de clases. La refuncionalización del aparato de producción tiene el fin de dejar de abastecerlo, puesto que seguir produciendo en esa línea implica perpetuar el status quo. Por tanto, el objetivo de esta refuncionalización es transformar dicho aparato de producción. La idea de la refuncionalización se enfrenta a dos tipos de escritores:

Por un lado a los “rutineros”, que son aquellos que se dedican a producir material según los criterios establecidos, renunciando a innovar el aparato de producción. Por otro lado a los escritores del tipo “Aktivismus” o “Nueva Objetividad” (Neue Sachlichkeit), que con sus fotos y reportajes convierten la lucha contra la miseria en un objeto de consumo.

Y aquí establece Benjamin la relación entre la tendencia literaria y la política: afirma que la transformación del aparato de producción implica un apogeo de la técnica literaria, puesto que sólo renovando la literatura –y las demás artes- es posible crear un nuevo género artístico capaz de luchar contra el aparato de producción establecido. Creo que es útil recordar aquí la frase que considero clave para la interpretación del texto: “la tendencia política correcta implica la calidad literaria de una obra, puesto que esta incluye su tendencia literaria”. Ahora podemos comprender cómo el imperativo de que una obra tenga la tendencia literaria adecuada, exige que el escritor oriente e instruya con su ejemplo a los demás para propiciar el cambio. Las creaciones artísticas deben tener una función organizadora del cambio, puesto que se ha comprobado que la mera propaganda o la tendencia en el sentido antiguo, no sólo no son suficientes, sino que en la mayoría de las ocasiones, se vuelve en contra de los propios principios que tratan de defender, al ser reabsorbidos por el sistema de producción establecido. El ejemplo de refuncionalización que pone en este caso es el del teatro épico de Brecht.

Bertolt Brecht

La conclusión que de todo esto extrae Benjamin, es que el escritor debe pasar de ser abastecedor del aparato de producción a ingeniero dedicado a la tarea de adaptarlo a los fines de la revolución proletaria. Y cuanto mejor logre encauzar su actividad en estas tareas, más correcta será la tendencia y más alta será necesariamente la calidad técnica de su trabajo.

2 Responses to “Debate en la asignatura del Máster de Estudios Avanzados en Filosofía: Estética de la fotografía”

  1. Eduardo Cesar Maia Says:

    Hola, Zoe y Víctor,

    Leyendo el texto de Zoe de la forma como está presentado aquí en el Blog, no tengo ningún punto de divergencia. La conclusión a que llega, de que “el escritor debe pasar de ser abastecedor del aparato de producción a ingeniero dedicado a la tarea de adaptarlo a los fines de la revolución proletaria. Y cuanto mejor logre encauzar su actividad en estas tareas, más correcta será la tendencia y más alta será necesariamente la calidad técnica de su trabajo”, era exactamente mi punto de vista en la discusión que tuvimos en clase. La estrechez del pensamiento ideológico de Benjamin en el ensayo me parece realmente muy criticable en un intelectual de su rango, pero era cosa muy común en un periodo de tantos radicalismos.

    Raymond Aron definió muy bien tal tendencia cuando dijo que gran parte de los pensadores del siglo 20 estaban bajo efecto de L’Opium des intellectuels…

    Un saludo!

  2. victor Says:

    Gracias Eduardo, resultaría difícil reproducir aquí el debate tal como tuvo lugar. Allí sí parecía haber diferencias, y muy interesantes. Vuestras aportaciones y argumentos fueron exactamente lo que se espera de un seminario. En todo caso muchas gracias a ambos.

    Espero verte por la facultad. Abrazos

    victor

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