El síndrome del arqueólogo futuro.

El 15 de noviembre tendrá lugar la conferencia que imparto gracias a la invitación del Centro de Arte La Panera, en Lleida. Algo que debo agradecer a Gloria Picazo y a los organizadores del encuentro y que se enmarca en un curso con el título Imágenes contemporáneas VIII. Se trata de una introducción al arte contemporáneo que como se ve tiene ya una notable trayectoria tras ocho ediciones. El programa de esta edición puede obtenerse aquí.

El discurso que emprendíamos en Conciencia Histórica y Arte Contemporáneo, el proyecto que desarrollamos durante tres años en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca, se prolonga ahora en esta invitación que he tratado de concretar en un planteamiento teórico general sobre la presencia de la reflexión histórica y metahistórica en el arte contemporáneo.

En la conferencia se abordará el proceso de construcción de “conciencia histórica” a través de las representaciones artísticas. Hablaremos de esa conciencia como un principio por el que nos vemos parte de un proceso a lo largo de los siglos, ligado a una continuidad de ciertas formas culturales, de ciertos géneros artísticos y a un modo específico de relacionarnos con el pasado, incluso el más inmediato. En particular se mostrará cómo la idea de arte que hoy tenemos es heredera del mismo principio que alienta el nacimiento de las instituciones museísticas y de otros dispositivos de la memoria en la modernidad. La relación del artista con el museo queda entonces marcada como un síndrome de “arqueología futura” que aqueja a la función del arte hasta la crisis vanguardista a principios del XX. Sobre esa base se apuntará a través de algunos ejemplos a la relación de los artistas contemporáneos con las actuales condiciones de construcción de esa “conciencia histórica” a través de su relación con los medios de comunicación de masas.

Biblioteca Holland House de Londres, octubre de 1940 tras los bombardeos alemanes

Algunos sabrán que se trata de un tema que ha sido del máximo interés para nosotros en la investigación y la docencia que hemos desarrollado en Bellas Artes y Filosofía de la Universidad de Salamanca. En realidad ese interés se remonta a un también “arqueológico” artículo de prensa publicado en septiembre de 1998 bajo el título “El arqueólogo futuro. El tiempo de las vanguardias entre el museo y la ciencia ficción”. Una de esas cosas que vistas hoy nos hacen sentir mayores. Sin embargo, el tema no sólo no ha perdido actualidad sino que la ha ganado. También podemos encontrar recientes estudios próximos a esta percepción de lo histórico como núcleo de una parte de la práctica artística contemporánea, como el que acaba de publicar Miguel Ángel Hernández Navarro, El artista como historiador (benjaminiano). Un ensayo que tengo verdadero interés por leer y que seguro vendrá a enriquecer la reflexión sobre esta suerte de filosofía de la historia. Otros grupos de investigación como el que se desarrolla en la Universidad Complutense de Madrid con Aurora Fernández Polanco y Yayo Aznar al frente también vienen trabajando en torno a este asunto. En fin, creo que la historia se ha convertido en uno de los mayores problemas de las representaciones, de modo que no podemos dejar de pensar en ello.

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