Imágenes del tiempo

Antes de irnos de vacaciones de Semana Santa tuvimos la suerte de participar en el curso organizado por el profesor Antonio Notario, Imágenes del tiempo, en lo que probablemente será uno de los últimos Cursos Extraordinarios del antiguo sistema de créditos. Estos cursos quedan en gran medida obsoletos tras la implantación de los famosos ECTS de los actuales grados, de modo que era una oferta para los últimos alumnos de licenciatura y también para todos aquellos que libremente acudieran como interesados.

Ptolomeo conversa con Boecio, grabado de Rafael.

Estoy seguro de que ha habido intervenciones que os han intersado, como a mí, entre las de algunos de los profesores con los que ya hemos colaborado en otras ocasiones, por ejemplo, Román de la Calle, Catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Valencia, una referencia para todos en el campo de la estética.  De los profesores de la casa, también estuvieron José Luis Molinuevo, Domingo Hernández, José Gomes Pinto (que, aunque venido de Portugal, es para mí un compañero de la USAL), o nuestro querido Ricardo Piñero que atravesaba momentos difíciles como Decano de la Facultad de Filosofía por asuntos cuya sola mención haría un favor a quienes se han encargado de hacer de ello el enésimo circo local para periódicos de provincias. La presentación de Ricardo, de hecho, me pareció especialmente irónica en el contexto, dado que trataba sobre la obra de Boecio, un personaje cuyos avatares biográficos y su integridad como pensador le llevaban a un sacrificio personal demasiado frecuente en la historia. Como escribía Antonio Notario en su presentación del curso, se trataba de “Una nueva oportunidad, por lo tanto, para compartir unos días en el entorno de la Facultad de Filosofía y de conocer de primera mano lo que se está pensando y publicando en relación con la estética de la temporalidad. A pesar de los pésimos tiempos que vive la Filosofía en España, debido a las medidas gubernamentales, un grupo de alumnos, artistas, investigadores y profesores volveremos a mostrar el profundo sentido de los estudios humanísticos y la necesidad de no darles la espalda en la enseñanza pública”.

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