El caso Vancouver, en Lápiz. Revista Internacional de Arte, Nº 230-231, 2007, pp. 158-175. ISSN 0212-1700. [Abstract]

Víctor del Río

“El visitante no tendrá que preguntarse qué hacer en Vancouver, sino cómo encontrar tiempo para disfrutar de todos los atractivos que ofrece la ciudad y sus alrededores…”, así se abre una guía turística de una ciudad costera del Pacífico canadiense con apenas 100 años de antigüedad, capital de la Columbia Británica, y por ello completamente anglófona. Como primeras palabras en un folleto turístico de Vancouver para una introducción a la oferta cultural y de ocio resultan reveladoras de una cierta ausencia de referentes que, por supuesto, será inmediatamente subsanada en las páginas siguientes. El intento de neutralizar el prejuicio del visitante no deja de reforzarlo como primera aproximación al lugar. Es decir, es muy probable que estemos ante un sitio cuyos encantos no sean demasiado conocidos fuera y que no dispone de símbolos culturales como los que habitualmente exhiben las antiguas ciudades europeas. Vancouver acredita su pasado en el mítico mundo de las Primeras Naciones de los nativos americanos cuyo universo ha sido recluido en el museo y disuelto entre la población mayoritariamente asiática, occidental o hindú. Sin apenas transición desde aquel mundo, Vancouver es hoy un lugar de gran riqueza económica con una notable implantación de industrias tecnológicas y en la que alguno de sus barrios residenciales posee la renta percápita más alta en un país ya considerado entre los más ricos del mundo...

Roy Arden, Construction Site and Suntower, Vancouver, B. C., 1992